13.12.09

Añorando.


Cuando echas de menos a un amigo sientes vacío. Yo, al menos, siento vacío. Y palabras, muchas palabras, que se me acumulan alrededor de la boca, que no pueden salir frente a los demás. Y se quedan ahí esperando ver ese rostro delante para salir, para expresarse.

¿Qué más puedes hacer? Tragarlas despacito. Esperar. Cansarte de esperar. Impotencia y tristeza.

(Las palabras me pesan en los labios. Me baja la sonrisa al acordarme de ello. De los ratos hablando de nada, de las extravagancias, de tu mirada, de sentirme como me siento contigo, tan especial y tan libre. Y solo veo bares a los que te llevaría, tés a los que te invitaría, solo se me ocurren comentarios que te haría, cosas que enseñarte, planes que proponerte).



Me debato en mi vacío.
Otra vez.

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